“Todo es una ilusión” – Mata Hari [2]

LEEUWARDEN – “Hay otra cosa que quiero que recordéis, y es que Mata Hari y Madame Zelle McLeod son dos personas completamente diferentes. (…) Lo que Mata Hari – la bailarina- tiene permitido, está prohibido para Madame Zelle McLeod. Lo que le ocurre a Mata Hari, no afecta a Madame Zelle. Quien recurre a una, no recurre a la otra”. – Margaretha, 1917

Por: Rica Kenning – fotografías: Ruben van Vliet, oficialmente para Fries Museum – traducido: Remedios Torrico

La bailarina
El nombre Mata Hari, significa “ojo del día” o sol, supone un Nuevo comienzo el cual ella obtuvo cuando llegó a París después de su divorcio y empezó su carrera como bailarina. Ella podia decirles a los periodistas y al público lo que quisiera y ellos se lo creerían. En ocasiones era una princesa de Java, otras una esclava de un templo. Jugaba con las personas como si fueran juguetes y Mata Hari sabía perfectamente cómo jugar con ellos. Pero no solamente jugaba con la verdad, también con los hombres, que le facilitaban la lujosa vida que adoraba. Le pagaban casas, hoteles y sus lujosas prendas, lo que la convertió incluso en la cortesana de los nobles. Aunque recibía dinero por sus actuaciones, se gastaba el dinero tan rápido como lo obtenía. Convirtiéndose en Mata Hari, dejó atrás su pasado con Rudolph McLeod.

La espía
En 1916 se convirtió en la espía alemana H21. Mata Hari cogió el dinero sin realizar el trabajo que se le asignó. Cuando viajaba a la Haya, preguntó en Frankfurt cómo obtener su visado holandés para viajar; dio su edad correcta, pero en el documento fue cambiada de 38 a 30, aunque el año de nacimiento no cambió.

Tan pronto como los franceses comenzaron a tener dudas acerca de su identidad, se le fue asignado ser una espía para ellos. Mata Hari, pensando en ser una espía francesa, no se dio cuenta de que todo era una trampa para desenmascarar su trabajo como espía para Alemania. Pronto reconoció que había sido descubierta y antes de que pudiera huir a Holanda fue arrestada. Fue interrogada 17 veces, tan solo empezó a decir la verdad a partir de la décima. En su ejecución, se negó a que cubrieran sus ojos, pues quería mirar a los ojos de su ejecutor mientras moría.

La vida de Mata Hari se construyó alrededor de mentiras e ilusiones. Vivió pensando que necesitaba el dinero de hombres y su amor para olvidar su primer matrimonio y la pérdida de sus hijos. La cita del principio de Margaretha en 1917, muestra que olvidó que ambos personajes eran la misma persona, aunque podamos decir que perdió el control de su vida tras crear a Mata Hari.